Los polinizadores se dividen en dos grandes grupos. Por un lado se encuentran los agentes polinizadores abióticos, como el aire o el agua, a través de los cuales se realiza una polinización anemófila o hidrófila, respectivamente. En estos casos, el polen viaja naturalmente en el viento o en el agua para encontrar el órgano femenino y efectuar la fecundación.
Por otra parte, existen los agentes polinizadores bióticos, que pueden ser insectos o animales. En este caso, ellos son los encargados de llevar el polen de una flor a otra. Además de colaborar con la reproducción de las plantas, a través de este proceso los agentes polinizadores consiguen su propio alimento. Algunos ejemplos de polinizadores bióticos son las abejas, las mariposas, los murciélagos, los colibríes, entre otros. En total, son más de 200 mil las especies animales que realizan tareas de polinización en el mundo.
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